Simuladores hay de todo tipo, pero hasta ahora este es posiblemente el más bizarro que me he encontrado. En Bus Simulator 2015 adoptarás el papel de un chófer mientras conduces por la ciudad recogiendo y soltando ciudadanos que optan por el transporte público.

Tras superar un breve tutorial que explica las nociones básicas llega el momento de ponerse al volante. En cada ciudad en la que juegues tendrás una ruta establecida compuesta de paradas donde deberás recoger a las personas que se encuentran en ellas. Obviamente, su felicidad dependerá de lo bien que te desenvuelvas en la carretera.

Controlar el autobús puede parecer sencillo en apariencia pero a la hora de la verdad es un quebradero de cabeza constante. Tienes el acelerador, el freno, los intermitentes, el parabrisas por si llueve e incluso el mecanismo de puertas para abrirlas y cerrarlas. Por defecto se usa el acelerómetro del dispositivo para girar el volante, pero también cuentas con otras opciones a las que puedes acceder desde el menú de opciones.

Si logras ser un buen conductor recibirás recompensas y con ellas podrás ir a la tienda del juego y adquirir otros tipos de autobuses ya que, todo sea dicho, el inicial es bastante mediocre y anticuado. Este es el único aliciente real que tendrás a la hora de jugar.

Si al menos estuviese dotado de un buen motor gráfico sería posible salvaguardar los muebles, pero tampoco es el caso. A pesar de estar diseñado en 3D los modelados son primitivos y por si eso fuera poco hay retrasos constantes producto de una mala optimización. En pocas palabras: no hay por donde agarrarlo.

Si ya de por sí la premisa de ser conductor de autobús no es demasiado emocionante, el hecho de que la ejecución del juego deje bastante que desear realiza un veredicto claro. Bus Simulator 2015 está bien como curiosidad, pero queda muy lejos de ser un entretenimiento y es probable que dure 5 o 10 minutos como mucho en tu dispositivo.